Ya no he leído libros. Estoy más enganchado con la columna semanal de Dan Savage, un periodista estadounidense que escribe sobre temas de sexualidad en su columna Savage Love (aprovechando su apellido, él muy ocurrente). Admiro su manera directa de decirle a sus lectores lo que él cree que deban de hacer con respecto a sus vidas, incluso el humor ácido que llega a utilizar para hacerles entender que ante todo somos un animal con una urgencia biológica de queerer «sexear» con aquello a lo que sentimos cierta afinidad.
El último libro (impreso, no electrónico) hasta ahorita fue 1984. Hace como cuatro meses que lo terminé, me di cuenta de que era crudo, punzante y una revelación de lo que representaba el verdadero Big Brother y no el truco de mercadotecnia y reality que se vio en México hace años. Tenía tanto material para uno quejarse y abrirse los ojos que hasta daba miedo enfrentar la realidad y la fantasía al mismo tiempo y/o por separados. Brazil, de Terry Gilliam (una película, para los que ignoran su existencia), me dejó con un sabor de boca parecido al querer mostrar un sistema pseudo-perfecto y nos muestra la tortura, al igual que 1984, de mantener todo «impecable» e imposibilitar al hombre a cuestionar su entorno, su adaptación al mundo moderno que se le ha impuesto por obligación y no por beneficio. ¿Alguien recuerda a George W. Bush?
Hace como un mes terminé Las palabras de Jean-Paul Sartré y Madame Bovary de Gustave Flaubert, mostrando claramente cierta inclincación hacia la literatura francesa. Me podrán acusar de ladrón por leer libros electrónicos (o e-book, más popular) gratuitos, pero pregunto, si el artista ya murió hace como, no sé, 100 años, ¿quién gana realmente todo el capital de una obra caracterizando una época de antaño a la que nosotros no pertenecimos?
Me trajeron de España un libro con el cómodo precio de 25.00 €. Dicho libro no se encuentra en México, uno que lo anduvo buscando como idiota ha de saberlo. El Pentamerón es el predecesor de los cuentos de hada, antes que los Grimm, que Perrault, Andersen y Brentanno. De hecho no eran exactamente para niños dichas historias. Cincuenta relatos del Pentamerón con ciertas similitudes a los cien del Decamerón. Mi intención es trasladar dicha obra de libro impreso a libro electrónico, para así darlo a conocer entre los habitantes de habla hispana y no únicamente para los italianos. Lo bueno es que será completamente gratuito para aquel que deseé leer dicha obra. Muy pronto en tu tienda favorita, bueno, no.
¿Cúal es mi ganancia? Haber dado un pequeño aporte al mundo literario, al mundo de la lectura con dicha obra y hacerla popular entre el vulgo, hacerles saber que hay cosas más allá de lo que nuestros ojos creen ver en su totalidad. O tal vez no tengo nada mejor que hacer con mi vida que quiero destruir editoriales que cobran un precio exagerado para algo que por fuerza debería ser de dominio público. Espero el mundo de las letras mejore con el paso del tiempo y todo sea bonito como si fuera visto a través de los ojos de un pequeño infante.
Hay tanto que dejo pasar y tanto que ignoro. Espero que en algún momento todo se vuelva más sencillo y natural. Espero retomar en algún momento el hábito y no dejar de nutrir mi mente y mi alma de obras que el hombre ha conservado a través de los años por su aportación a la humanidad, y no nada más las verbales. Enséñenme no sólo a ver al mundo, sino también a vivirlo.
Buenos días, Mundo. Me voy a dormir.